Cuando los últimos dinosaurios miraron al cielo hace 65 millones de años, vieron el desastre que se dirigía hacia ellos. Los científicos creen que un asteroide chocó contra el planeta, provocando un cráter de 150 km de diámetro y eliminando el 76% de la vida en la Tierra.

Para los dinosaurios, el fin llegó rápidamente, sin previo aviso y con muy pocas medidas que pudieran tomar para evitarlo. Hoy en día, nos enfrentamos a otro evento de extinción masiva. Pero, a diferencia del asteroide, hemos tenido mucho tiempo para prepararnos para el desastre y evitarlo.

 

Sin embargo, hasta ahora no hemos conseguido superar ese reto.

En cambio, llegamos a un precipicio. Detrás de nosotros se encuentra la forma en que siempre hemos vivido nuestras vidas y hecho negocios: hemos volado regularmente, conducido innecesariamente y explotado los materiales más allá de cualquier capacidad razonable, ignorando las consecuencias.

Delante de nosotros hay una larga caída hacia el desastre. Los dinosaurios se enfrentaron a un asteroide. La humanidad se enfrenta a una caída.

 

Si queremos evitar el desastre, debemos cambiar.

Los líderes empresariales que observan el declive de nuestro mundo natural tienen un gran papel que desempeñar en ese cambio. Pero muchos de ellos ven la sostenibilidad y sus beneficios como dos fuerzas opuestas.

 

¿Están en lo cierto en su suposición?

En Expense Reduction Analysts creemos que no. Y creemos que no porque los datos no están de acuerdo. Según el informe de Deloitte “Propósito 2030: buenos negocios y un futuro mejor”, las organizaciones que se comprometieron con la agenda 2030 superaron a sus competidores en el mercado de valores en un 11%.

Un 11% es significativo, pero es comprensible si tenemos en cuenta que el 92% de los consumidores son más propensos a confiar en las marcas con conciencia medioambiental o social y pagarían un 5% más por productos respetuosos con el medio ambiente.

La buena noticia, después de tanta mala, es que el cambio es posible. Las empresas pueden reducir su consumo de energía, obtener esa energía de opciones renovables, elegir materiales sostenibles para sus productos, aplicar una cadena de suministro circular y muchas más opciones.

Pero las empresas también deben evitar el ‘Greenwashing’.

 

¿De qué se trata?

El ‘Greenwashing’ es un concepto que se aplica a las empresas que engañan a los consumidores haciéndoles creer que son éticas desde el punto de vista medioambiental. En realidad, no lo son.

 

¿Qué métodos se utilizan para el ‘Greenwashing’?

Al igual que un mago, las empresas que practican el lavado verde suelen ser maestros de la distracción. Puede que pongan imágenes de la naturaleza en su publicidad o que comuniquen su reducción de los empaques de plástico mientras aumentan sus emisiones entre bastidores y siguen gestionando mal los residuos.

En lugar de eso, deberías empezar con un propósito: el propósito de tener un impacto positivo en el planeta. A continuación, debe encarnar ese propósito en todo lo que hace su empresa. Obtenga una acreditación de terceros, sea honesto sobre sus esfuerzos de sostenibilidad y utilice estadísticas específicas.

 

Cada uno de nosotros, como responsables de la toma de decisiones, tenemos el poder de detener el asteroide, de tomar el camino hacia la acción positiva y alejarnos del borde del precipicio. Ahora es el momento de actuar, y mañana es el momento de recoger las recompensas.